Pensaba que era un truco conocido y por las preguntas que estos días me están haciendo después de publicar el post “Que nos den morcillas” me he dado cuenta de que todavía no lo es tanto.
Es muy simple y la mayoría de las veces funciona. Se trata de quitarle la piel, que no siempre es agradable de comer, a la morcilla de arroz. Solo se necesita un poco de paciencia y una puntilla o cuchillo bien afilado. A pesar de que pueda parecer que se va a deshacer, con el truco se consigue todo lo contrario. A mí me gusta hacer la morcilla a la plancha, con la grasa justa para que no se pegue y punto. Ya sé que algunos puristas dirán que hay que freírla en abundante aceite… allá cada cual con sus manías. Digo esto porque siempre que he puesto en práctica este truco lo he hecho a mi manera, o sea a la plancha.
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Muy buena idea Kike, muchas veces la morcilla se te rompe en la sartén por culpa de la piel. Aunque mi padre a veces la hacía entera en el horno, la piel queda churruscada y es deliciosa.
Algunas morcillas aguantan muy bien en la sartén sin deshacerse, en ese caso yo no le quito la piel. De todas formas creo que hay algunas pieles sintéticas que… mejor dejarlo. Que sería de una buena barbacoa sin las morcillas asadas?. Sabio tu padre.